Sócrates (470 AC - 399 AC) fue el filósofo de la mayéutica, el arte de buscar la verdad dentro de nosotros. En el Menón demuestra cómo un esclavo sin educación es capaz de llegar a las mismas conclusiones que el gran Pitágora. "La verdad está dentro de nosotros", dice el filósofo. Basta saber buscarla. La verdad no es firme, no es inmutable, no es definitiva; la verdad cambia constantemente, progresa, viene de dentro de nosotros con el enfrentamiento, con el diálogo. Investigar y dialogar con uno mismo y con los demás, este fue el método de Sócrates para diseccionar la realidad y profundizar cada vez más. Esto es el Tarot: un soporte para permitirnos un espacio de comparación y estudio, una herramienta mayéutica que abre al diálogo y permite que salga la verdad que está dentro de nosotros. Cuando le preguntaron al oráculo de Delfos quién era el hombre más sabio de la tierra, la Pitia, la sacerdotisa más prestigiosa de Apolo, responde que es Sócrates. Sócrates no se pone orgulloso, pero trata de comprender, porque él, que sabe poco, fue elegido como el hombre más sabio de la tierra. Y Sócrates comienza a cuestionar a los más doctos de la época, los famosos por sus conocimientos, por su cultura y hablando con ellos, dialogando, discutiendo los grandes temas, se da cuenta de su ignorancia sustancial, ignorancia sobre las cosas que realmente son importantes. Y en ese momento entiende: es el más sabio porque sabe de no saber. Aquí, esta debe ser nuestra actitud frente a las cartas del tarot y sobre todo frente a las personas que llegan a nuestra consulta, saber que no sabemos... Sócrates hizo suyo el lema escrito en el templo de Apolo en Delfos: para conócerte a ti mismo; ante la vida, ante los acontecimientos, ante la adversidad la única actitud posible es esta: adentrarse en nosotros y acceder a nuestros recursos más profundos. Entonces las cartas del tarot son socráticas porque nos empujan al diálogo, porque buscan la verdad en nosotros, porque nos ayudan a conocernos, porque cada vez nos asombran y nos recuerdan que sabemos que no sabemos. No es casualidad que Sócrates, a través de las traducciones de los eruditos árabes de las obras del discípulo Platón, se vuelva estrella en el siglo XII, época en la que el Tarot se estabilizó en la forma que conocemos. La madre de Sócrates era partera, ayudó a las madres a dar a luz, ayudó a que nacieran los bebés. Aquí, cuando empezamos a leer las cartas, cuando una persona nos confía un tema que es importante para él, un punto que quizás lo hace sufrir, no le permite dormir ni estar en paz, podemos pensar en ser como parteras que ayudan a que salga la verdad, el punto saliente, la sabiduría que todos llevamos dentro.